Grupo brasileño Amil sondea el negocio de salud privada en Chile
La semana pasada, Edson de Godoy Bueno, CEO de la compañía brasileña Amil, la mayor empresa de salud de ese país, visitó Santiago. El empresario se reunió con ejecutivos de la industria de la salud privada y visitó un puñado de clínicas en la capital como San Carlos de Apoquindo -controlada por Isapre Colmena, del grupo Bethia, y la Universidad Católica-, Bicentenario, Santa María, Dávila y Las Condes. “Quieren mirar el mercado chileno, vinieron a hacer un estudio del mercado de la salud”, cuenta un ejecutivo que se reunió con el empresario.No fue la primera visita.
En abril, Edson de Godoy Bueno -quien aparece en el lugar 554 en la lista de las grandes fortunas en el mundo, de Forbes y en la posición 19 en Brasil- visitó la Clínica Alemana para conocer las instalaciones y ver cómo funcionaban algunas áreas.
América Latina, y en particular Chile, están en la mira de la firma, cuyos ingresos en 2012 llegaron a US$ 5.378 millones. En una entrevista al diario brasileño Valor Económico, en marzo, la compañía anunció que planea expandir los negocios a América Latina y hacer adquisiciones en Perú, Colombia, Chile y México. “Son países con estabilidad política y crecimiento económico sustentable”, afirmó el CEO de Amil. El perfil de la clase media de la población de esas naciones es parecido al de Brasil, según el ejecutivo. “Vamos a buscar el liderazgo en esos mercados de países latinoamericanos en los próximos cinco años”, agregó.
El negocio
Según la Agencia Nacional de Salud Suplementaria (AND), que regula los planes de salud en Brasil, Amil Participaciones S.A. es la organización más grande de cuidados de la salud en ese país. Actualmente asiste a más de cinco millones de personas en los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro, Paraná, Minas Gerais, Pernambuco, Bahía, Río Grande do Norte y el distrito federal. La compañía, que partió en 1978, opera en el negocio de la salud privada y ofrece un amplio rango de planes de cuidado de la salud para empresas pequeñas, medianas y grandes, y también para personas de diferentes ingresos.
Proveedora de beneficios médicos y dentales, servicios de hospitales y clínicas, y gestión de cuidados, Amil tiene la red de proveedores más grande de Brasil, incluyendo 44 mil doctores, 3.300 hospitales, 11 mil instalaciones para pacientes ambulatorios y 12 mil laboratorios y centros de imágenes. No sólo eso. Es dueña de 22 hospitales privados.
Ana Maria Malik, coordinadora del Centro de Investigación de Salud de la Fundación Getulio Vargas, explica que “son un holding con servicios hospitaliarios, laboratorios, diagnósticos (...). Son grandes y se dice que tienen deseos de expansión”.
Amil es parte del grupo estadounidense UnitedHealth, que adquirió el 90% de la compañía a fines del año pasado, en US$ 4.922 millones. Antes de la operación, Edson Bueno controlaba la empresa con 34% y su socia y ex esposa, Dulce Pugliese, tenía cerca del 33%. Ambos conservarán un 10% del capital de Amil por al menos cinco años.
Malik explica que el modelo de negocios de Amil “tiene una parte que es seguro de salud y en algunos servicios atiende a personas que tienen planes de otras instituciones”.
Según UnitedHealth, fuera de EE.UU., Brasil es el país con el mercado de la salud privada más grande y de más rápido crecimiento en América. La especialista de la Fundación Getulio Vargas lo explica así: “Estamos en un momento en que la clase media creció, mucha gente está trabajando con empleo formal y hay un aumento de los planes comprados por las empresas, que es el negocio de Amil”. Pero los beneficios de la salud privada sólo sirven a un 25% de la población en Brasil, versus un 80% de penetración en EE.UU.
Aires de incertidumbre
En Chile, el mercado de la salud privada sigue creciendo, atrayendo a nuevos actores. Este se lo reparten al menos siete grandes grupos: Empresas Banmédica, Red Salud de la CChC, Cruz Blanca Salud, Grupo Más Vida, Clínica Las Condes, Red Salud de la UC y Colmena Golden Cross.
Pero el interés por esta industria se da en un contexto en el cual “hay una gran incertidumbre que tiene que ver con la incerteza jurídica que hoy regula al sistema”, dice Hernán Doren, presidente de la Asociación de Isapres.
Doren dice que, por un lado, existe una legislación aprobada en la reforma 2005, sobre la adecuación de planes de salud por las alzas de los costos y, por otro, los cambios derivados de las patalogías Auge. “En ambos casos no tenemos claro cuál va a ser el fin de los procesos que llevan adelante los tribunales”, afirma.
¿Podría esto trabar el ingreso de actores internacionales? “Cuando hay incertidumbre a veces se dice que hay oportunidades. Todo depende de los grupos económicos y los riesgos que estén dispuestos a correr”, indica Doren.
Fuente: Carla Alonso Bertaggia - La tercera – 4/08/2013
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